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A los 81 años, inició su gran viaje cósmico para conocer los misterios que oculta el universo.
Uno de los más grandes investigadores de fenómenos extraños de la Argentina y del mundo, el ingeniero Sigurd von Wurmb falleció en la ciudad de Rosario, el 20 de Enero de 2007 a las 13.40 horas. Había nacido un 21 de Octubre de 1925 en Buenos Aires, en el seno de una familia de inmigrantes alemanes. Cuando tenía un año y medio, sus padres regresaron a Alemania, donde pasó toda su infancia y juventud. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial regresó a la Argentina , donde lo esperaba su padre. Como dato curioso, el gobierno lo obligó, aunque ya era mayor de edad, a cumplir con el servicio militar en Campo de Mayo. Tenía 25 años.
Desde el año 1963 vivió y trabajó en Rosario. Recorrió toda la Argentina , (incluida la Antártida ) representando a una importante fábrica de tractores de la época. Pero en los viajes, siempre buscó un momento para explorar y/o conocer lugares y personas únicas e irrepetibles; von Wurmb siempre se sintió atraído por investigar, en particular, toda clase de fenómenos extraños, que lo atraían desde su infancia, cuando vio actuar a psíquicos y radiestesistas. A medida que fue creciendo no perdió oportunidad de conocer a toda clase de clarividentes y sensitivos, y casi sin proponérselo se convirtió en un auténtico parapsicólogo, en la verdadera acepción de la palabra, un investigador de lo que está más allá, todo lo paralelo a la psicología “oficial”.
TODO ERA OBJETO DE ESTUDIO
Pero también lo atrajo el fenómeno OVNI (Objetos Voladores No Identificados) la búsqueda de civilizaciones perdidas, los mitos y leyendas de los pueblos precolombinos. Estudió como pocos el fenómeno de los rayos globulares, física, antropología, zoología, religiones, psicología, geografía, música, astronáutica, astronomía, meteorología, medicinas alternativas, historia, nada quedaba ajeno a su curiosidad. El arte de la cerámica y también la escultura en madera, fueron otros de sus pasatiempos, convirtiéndose en un notable artesano y experto en cerámica precolombina. von Wurmb, metódico, paciente, ordenado y minucioso, podía dedicar tiempo a todo lo que le gustaba gracias al apoyo, estímulo y amor de su esposa Ana María, que lo sobrevive, al igual que los dos hijos del matrimonio.
Todas sus investigaciones las acumuló en cientos de archivos y miles de carpetas conteniendo toda clase de temas. Pacientemente, logró reunir a lo largo de los años una biblioteca única sobre los más diversos misterios y temáticas que lo atraían. No por nada, el investigador Alberto Seoane lo bautizó en la década del '90 como “el Charles Fort argentino”.
Siempre se hacía tiempo para investigar in situ casos extraños, insólitos, que según confesó: “si él no los hubiera estudiado personalmente, jamás se los hubiera creído a otra persona”
En 1971 conoció en Buenos Aires al notable clarividente Benjamín Solari Parravicini, con quién se carteaba con anterioridad. Desde entonces fueron grandes amigos, y poco antes de su fallecimiento Parravicini le legó la mayor parte de sus psicografías.
Sigurd Von Wurmb, fue colaborador de numerosos periódicos y revistas de Argentina y de Alemania, brindó conferencias y charlas sobre ovnilogía y también de parapsicología y arqueología en muchos congresos e instituciones.
Escribió varios libros, el último de ellos titulado: “Los Kamikazes de la Fuerza Aérea alemana y las armas secretas”. Tenía en preparación varias obras que lamentablemente quedaron inconclusas a causa de una grave enfermedad.
El viejo alemán Sigurd se llevó muchos secretos consigo secretos que solo el tiempo podrá revelar...
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